Son muchas las experiencias acumuladas a lo largo de mi carrera como docente, las hay de las buenas y de las peores. Pero lo realmente gratificante de esta profesión, cuando se tiene vocación y de hierro, es la convivencia diaria con niños y jóvenes.
En un artículo anterior escribía sobre la importancia delo trascender, del quedar grabado en el otro y viceversa y de eso se trata.
En mérito a ello debo confesar que por sobre los asuntos académicos, y lo dije en el articulo anterior en mención, está la huella que he dejado y que han dejado en mi, no todos mis alumnos, pero si algunos, y más que algunos diría yo.
Julio es uno de ellos, alla por el año 94 llegó al colegio donde trabajabamos con Cris, mi esposa. Un muchacho correcto, alegre, colaborador pero por sobre todo amante de la música. Ese fue el punto de partida para la que es hoy una ferrea amistad.
Tuve la oportunidad de conocer a su familia, a su padre don Fernando, a su madre, doña Alicia ,una persona también alegre y espontánea, muy preocupada por sus hijos. Cuanto supe yo lo mucho que amaba a sus hijos, . Hace algunos años murio a consecuencia de la esclerosis multiple que le aquejaba hacia tiempo. Nunca olvidaré, que al asistir a una de sus últimas operaciones, acompañando a Julio, y no pudiendo casi ni hablar, al verme después de algun tiempo ese día, me sujeto fuertemente de las manos y me hizo sentir su pedido de acompañar a Julio hasta donde fuera posible. Cosa que he tratado de cumplir hasta hoy.
Hubieron temporadas en las que nos dejamos de ver. Julio se hizo mormón y se fue de misión dos años a los Estados Unidos. Años en que perdimos casi totalmente el contacto con él, salvo por un par de llamadas que él nos hizo.
A su regreso, una de las primeras cosas que hizo fue venir a casa, a saludar "a los suyos". Es asombroso como se pueden establecer vínculos tan grandes que sobrepasan los lazos de sangre, haciendo de las personas realmente una familia sin serlo.
El día de hoy Julio contrae matrimonio y lo peor de todo es que no puedo ir por problemas familiares, que me impiden asistir, no solo a mi sino a toda la familia.
Quiero dejar este texto como un testimonio y un tributo a esa gran amistad que nos une y que espero se conserve por siempre a pesar de mi ausencia de el día de hoy, que es puramente física.
Estoy contigo en este momento, y estaré siempre que me necesites, como amigo, como hermano, como padre. Se feliz, te lo mereces.
En un artículo anterior escribía sobre la importancia delo trascender, del quedar grabado en el otro y viceversa y de eso se trata.
En mérito a ello debo confesar que por sobre los asuntos académicos, y lo dije en el articulo anterior en mención, está la huella que he dejado y que han dejado en mi, no todos mis alumnos, pero si algunos, y más que algunos diría yo.
Julio es uno de ellos, alla por el año 94 llegó al colegio donde trabajabamos con Cris, mi esposa. Un muchacho correcto, alegre, colaborador pero por sobre todo amante de la música. Ese fue el punto de partida para la que es hoy una ferrea amistad.
Tuve la oportunidad de conocer a su familia, a su padre don Fernando, a su madre, doña Alicia ,una persona también alegre y espontánea, muy preocupada por sus hijos. Cuanto supe yo lo mucho que amaba a sus hijos, . Hace algunos años murio a consecuencia de la esclerosis multiple que le aquejaba hacia tiempo. Nunca olvidaré, que al asistir a una de sus últimas operaciones, acompañando a Julio, y no pudiendo casi ni hablar, al verme después de algun tiempo ese día, me sujeto fuertemente de las manos y me hizo sentir su pedido de acompañar a Julio hasta donde fuera posible. Cosa que he tratado de cumplir hasta hoy.
Hubieron temporadas en las que nos dejamos de ver. Julio se hizo mormón y se fue de misión dos años a los Estados Unidos. Años en que perdimos casi totalmente el contacto con él, salvo por un par de llamadas que él nos hizo.
A su regreso, una de las primeras cosas que hizo fue venir a casa, a saludar "a los suyos". Es asombroso como se pueden establecer vínculos tan grandes que sobrepasan los lazos de sangre, haciendo de las personas realmente una familia sin serlo.
El día de hoy Julio contrae matrimonio y lo peor de todo es que no puedo ir por problemas familiares, que me impiden asistir, no solo a mi sino a toda la familia.
Quiero dejar este texto como un testimonio y un tributo a esa gran amistad que nos une y que espero se conserve por siempre a pesar de mi ausencia de el día de hoy, que es puramente física.
Estoy contigo en este momento, y estaré siempre que me necesites, como amigo, como hermano, como padre. Se feliz, te lo mereces.
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